Fotografía de Otoño; Antes y Después
ANTES Y DESPUÉS
Fotografía de Otoño
Comentario
En la población de Riofrío de Riaza existe uno de esos, todavía, casi desconocidos tesoros que esconde la provincia de Segovia. A la sombra del archiconocido hayedo de la Tejera Negra, se encuentra el Hayedo de la Pedrosa. Este diminuto tesoro es el hayedo más meridional de toda Castilla y León y uno de los más de toda Europa, lo cual es otro aliciente a tener en cuenta.
EXIF
NIKON D700 16mm 1/80 f/4 400
Este pequeñísimo, pero encantador bosque de hayas , parece sacado de un cuento de hadas: laderas vestidas con un manto de hojas, afloramientos de cuarcita entre los que surgen retorciéndose ejemplares centenarios de hayas, robles y acebos cubiertos por una capa de musgo y líquenes que aportan toda la magia que tu imaginación quiera aportar.Prado
En la población de Riofrío de Riaza existe uno de esos, todavía, casi desconocidos tesoros que esconde la provincia de Segovia. A la sombra del archiconocido hayedo de la Tejera Negra, se encuentra el Hayedo de la Pedrosa. Este diminuto tesoro es el hayedo más meridional de toda Castilla y León y uno de los más de toda Europa, lo cual es otro aliciente a tener en cuenta. Este pequeñísimo, pero encantador bosque de hayas (no llega a 2000 ejemplares), parece sacado de un cuento de hadas, laderas vestidas con un manto de hojas, afloramientos de cuarcita entre los que surgen retorciéndose ejemplares centenarios de hayas, robles y acebos cubiertos por una capa de musgo y líquenes que le dan toda la magia que tu imaginación quiera aportar.
Como llegar
La forma más sencilla de acceder al hayedo es desde la localidad de Riaza, tomando el desvío dirección Riofrío en dirección al puerto de la Quesera. Ascender este precioso puerto hasta llegar a una curva muy cerrada a izquierdas donde es posible dejar aparcado el coche. Desde aquí se puede ascender por la ladera hasta la parte más alta, y ya comenzar el descenso hacia lo que es el hayedo en sí. Una vez dentro solo hay que dejarse llevar por el entorno.
http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=3484395
La fotografía
A nivel fotográfico, pues está claro cuando hay que visitarlo, el Otoño es su momento, y como siempre sin dejarlo pasar mucho para que todavía haya hojas en los árboles, si lo dejas entrar mucho, te puedes encontrar con todas las hojas caídas y la belleza ya no es la misma.
Hay que tener claro que componer en este tipo de bosques no es nada fácil, normalmente tenemos un entresijo de ramas que provocan más confusión que otra cosa, así que hay que ir buscando algo que guie la mirada. Mi consejo es buscar algún pasillito entre la maraña de hojas, ramas, troncos y piedras, algo que permita leer la foto sin volverte loco. En este caso, de toda la sesión esta fue la foto que tuve más clara, había un pequeño claro en el bosque, y encima la niebla había bajado bastante, con lo cual el ambiente era el perfecto para hacer lo que tenía en mente. En estos momentos en los que baja la niebla, sabes que tienes que actuar lo más rápido que puedas, ya que igual que llega se marcha sin avisar, así que hay que aprovechar esos instantes de luz mágica como si se fuera a apagar en el siguiente click de cámara.
Procesado
Como podréis observar esta imagen trata de reflejar el ambiente tan onírico que se vive en este tipo de bosques, para ello está claro que ayudan las texturas de los árboles, el liquen que recubre los troncos, las rocas, las hojas en el suelo, pero si hay un punto indispensable para conseguir ese ambiente de cuento de hadas es LA NIEBLA. La mayoría de fotos de la sesión las realicé “ahorquillando” la exposición, ya que la niebla tiene su parte mala y es que en seguida “quema” la foto, refleja bastante luz, así que hay que andar con cuidado, para solucionarlo decidí realizar 3 tomas en cada fotografía, sin trípode ni nada, y asegurarme de que cubría todo el rango dinámico de la escena, por lo que pudiera pasar. Normalmente hago una foto “base” como siempre la tomo (llenando el histograma hasta el límite), y 2 tomas más sobreexpuestas 1 paso cada una. De esta manera, suelo cubrir siempre todos los tonos de la toma sin problemas y sin quemar nada.
Finalmente, durante el procesado de esta toma creo que no tuve que utilizar ninguna de las “sobreexpuestas”, pero no está mal tenerlas “por lo que pueda pasar”. Bien, ya en el procesado sencillamente revelé en camera raw, tal y como muestra la imagen. El revelado general que hago a casi todas las tomas, y que las deja al 90% de lo que necesito. Después la mandé a PS, y en esta ocasión sí trasteé algo más. La idea la traía ya preconcebida, quería fomentar ese ambiente onírico que os comento, quería que el fondo se difuminara todo lo posible, para ello, la niebla era mi mejor aliado, pero aparte le apliqué un ligero efecto Orton. Este efecto que es muy sencillito de conseguir en 3 pasos (yo ya lo tengo automatizado como una acción) suele quedar muy bien en según que tomas, para mi, en las tomas con niebla es donde mejor suele resultar. Para que no fuera muy evidente, lo apliqué de manera seleccionada, sobre todo en el fondo, y tratando de que los “protagonistas” del primer plano no estuvieran afectados por el, para ello trabajé pintando una máscara con un ligero degradado y “salvando” los troncos y piedras del pp.
Una vez que el Orton está en su punto, en esta toma no quise contrastar toda la imagen con tonal contrast como suelo hacer ya que estaría contrarrestando el “suavizado” Orton, así que creé una capa de ajuste de curvas, contraste ligeramente la zona y utilicé la misma máscara que para el Orton pero la invertí, así el contraste solo afectaba a lo que no había afectado el suavizado.
Una vez realizado esto, llevé la niebla del fondo al límite de las luces subiendo un poco los blancos, y finiquité la toma.
Reducción, enfoque y para la web.
Fotografía de Otoño
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